23.7.07

 

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NOS MUDAMOS A

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27.11.06

 

FESTIVAL UBA/i

JUEVES 30 DE NOVIEMBRE, 16.30 HS, PLAZA HOUSSAY



invita


 

CHARLA CON LAS AUTORIDADES DEL DEPARTAMENTO DE ECONOMIA

Desde El Germen venimos insistiendo hace rato sobre la necesidad de que exista un espacio de discusión institucional entre las autoridades del departamento de economía, y los estudiantes y profesores. Fundamentalmente, porque consideramos esencial el intercambio de ideas entre quienes deciden el rumbo de la carrera, quienes dictan clases todos los días, y quienes cursamos y nos formamos como economistas en la FCE. La apertura de este tipo de espacios es el camino a transitar de cara a una progresiva democratización de los espacios académicos, que permita a todos los miembros de la facultad expresar sus demandas, sus necesidades, y sus perspectivas, y a la facultad en su conjunto recuperar sus vínculos con la sociedad a la que se debe.
En el último año, decididos a no esperar que la iniciativa surgiera de las autoridades, organizamos dos charlas, en las que se presentaron los proyectos de la actual gestión (Andrés Lopez) y de la predecesora (Alberto Müller). En esta oportunidad tenemos el agrado de invitarlos a la primer charla que organiza el propio departamento, cumpliendo las promesas realizadas en la actividad organizada por El Germen (ver Plan H N°4). Esperamos que este primer paso sea parte de un largo camino, en el cual se abran nuevos espacios de intercambio y participación. Sin embargo, para eso no solo basta con la predisposición de las autoridades. Sin el compromiso del estudiantado con la facultad y la universidad los espacios se vuelven una cáscara vacía. Arrimate!

Martes 28 de noviembre- sala de comisiones (1º piso) - 19 hs.
Charla-Debate con la Dirección del Departamento de Economía

CONVOCAMOS A LOS DOCENTES, AUXILIARES Y ESTUDIANTES DE ECONOMÍA DE LA UBA


9.11.06

 

Seminarios 2006


1.11.06

 

SEMINARIO 2006

EL GERMEN

Durante las dos primeras semanas de Noviembre el Germen invita a los estudiantes a los Seminario 2006. Como todos los años, elegimos distintos ejes de debate sobre la realidad nacional que creemos imprescindibles abordar.

Miércoles 8 de Noviembre 19 hs en el Instituto de Investigaciones Económicas

Intervención del Estado en la Economía. El sector público en la Argentina post devaluación

Panelistas: Oscar Cetrángolo (CEPAL), Miguel Braun (CIPPEC), Claudio Lozano (CTA).

Nuestra facultad se presenta, excluyendo honrosas excepciones, como un cúmulo de doctrinas importadas y ornamentaciones elegantes pero de completa inutilidad para comprender las particularidades nacionales. Nuestro saber es ficticio a la hora de reflexionar sobre la Argentina, y nuestra condición se ensombrece aún más, al comprender que formamos parte de una universidad pública que debiera orientarnos hacia la realidad nacional.

La “economía real” con sus impurezas, sus contradicciones y sus particularidades es relegada y abandonada a los ámbitos extra académicos, mientras la universidad se regocija discutiendo teorías vanas, cuya aplicabilidad no es puesta a prueba. Se trata de la perversión y la tergiversación de la intelectualidad, aquella que sistemáticamente niega la realidad por temor a no poder explicarla, y que en el mejor de los casos formará profesionales que emigrarán en busca de un mundo que sí puedan explicar.

El Germen desde su nacimiento se ha propuesto dar la batalla por una universidad pública que se encargue de las especificidades nacionales, y que se vincule fuertemente con el país que la sustenta. Universidad formandora de intelectuales críticos y comprometidos en devolver a nuestra sociedad parte de lo que nos ha entregado. Porque creemos que el debate es parte fundamental de nuestra formación. Porque creemos que el conocimiento no tiene otro fin que la comprensión y transformación de la sociedad en que vivimos, y porque estamos convencidos que la única forma de enfrentarse a este modelo de universidad es construir una alternativa, te invitamos a participar de los Seminarios 2006.


3.10.06

 

Ya salió la nueva Plan H!!

Salió el Número 4 de la Plan H!!
Tiene entrevistas a Borenstein y Cetrángolo, una charla con Andrés Lopez, notas sobre la crisis de la UBA, sobre el estado de la carrera de economía y también la [violenta] historia de la Franja Morada. Si todavía no la tenés, mandanos un mail a germen_fce@yahoo.com.ar





29.9.06

 

¿POR QUÉ NO VOTAR EN LA ELECCIÓN DE CENTRO DE ESTUDIANTES?

Esta semana se elegirán las autoridades del Centro de Estudiantes de nuestra Facultad. Estas elecciones no son obligatorias, a diferencia de aquellas en las que se eligen consejeros directivos (que realizarán el año que viene). Pero, si igualmente te intriga saber cuál será el resultado, nosotros te lo anticipamos: quien saldrá “victoriosa” será una agrupación a la cual le gusta ser llamada “Nuevo Espacio” pero cuyo verdadero nombre es Franja Morada. Supongo que te preguntarás cómo lo sabemos. Es muy simple: sólo Nuevo Espacio (Franja Morada) se presenta a estas elecciones, salvo que se desee contar como “agrupaciones opositoras” a las agrupaciones fantasma (como el Faro y La Belgrano), o a aquellas que fueron sus aliadas en las elecciones pasadas (como CEO y PRO). Todo esta puesta en escena sólo tiene el objetivo de intentar aparentar algún grado de legalidad en su accionar.

El resto de las agrupaciones de la facultad (las cuales se distinguen por tener verdaderos estudiantes en ellas) no nos presentamos por una sencilla razón: las condiciones en las cuales se desarrolla esta elección son las opuestas a las que deberían darse en un contexto eleccionario: golpes, amenazas y fraude descomunal. Ya es una tradición (morada) la adulteración de actas, la rotura de urnas, el cambio de votos, etc. Desde hace ya varios años Nuevo Espacio-Franja Morada usurpa las instalaciones y atribuciones del Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas (CECE) con éstas tácticas y aplicando todo tipo de mecanismos coercitivos tendientes a acallar a toda oposición, provenga esta desde los estudiantes o de los profesores.

Creemos que estas condiciones son diametralmente opuestas a las que deberían primar en la vida universitaria en general: lo que debería ser un debate de ideas y proyectos ha devenido en una lucha de fuerzas (físicas) y poder económico con el objetivo de perpetuarse en el control del uno de los Centros de Estudiantes con mayores recursos de la Universidad de Buenos Aires.

Es en este contexto que te llamamos a no votar, y te adelantamos, además, un fragmento de la editorial del 4º número de nuestra revista, Plan [h], en la cual profundizamos la discusión sobre el modelo de Universidad que estamos construyendo desde EL GERMEN en contraposición al que Nuevo Espacio-Franja Morada está imponiendo en la FCE.

La conducción de la Universidad desde el regreso de la democracia, con Franja Morada a cargo, desarrolló durante casi dos décadas de gestión una política universitaria que, combinada con el menosprecio de los distintos gobiernos hacia la educación superior, llevó a la UBA al estado crítico en el que se encuentra.

La elección de rector de este año fue el detonante de la crisis que comenzó con la impugnación de la figura personal de Alterini, representante de una coalición entre Franja Morada y peronistas. Luego de la renuncia de éste a su candidatura, el eje en conflicto viró hacia la discusión de la mera ingeniería electoral: cuántos consejeros o delegados por estudiantes, cuántos por docentes, cuántos por graduados. Más allá de la necesaria discusión acerca de la representación de los claustros en el cogobierno, lo que esta crisis exige para su resolución es un debate profundo acerca del modelo de Universidad que sus integrantes y el país necesitan.

Trascendiendo la cuestión de nombres, un análisis del escenario universitario muestra que lo que se esconde detrás del bloque alterinista es un proyecto de universidad que continúa y pretende culminar un proceso que ya lleva varios años: la degradación de las carreras -transfiriendo sus contenidos a los posgrados pagos-, los cursos mantenidos por ayudantes y docentes ad honorem, la desaparición de la investigación. Ante un diagnóstico de falta de presupuesto, que no analiza la mala y fraudulenta administración que se hace de los escasos fondos con los que se cuenta, la solución planteada por este sector consiste en poner la Universidad al servicio del mercado: los recursos faltantes se obtienen ofreciendo mano de obra barata y precarizada -los pasantes- y contratos de consultoría - subordinando la investigación a los intereses privados-.

Sin embargo, esta supuesta salida no sólo no es una solución, sino que es la base misma del problema. La forma en que Universidad Pública y Sociedad se relacionan nada tiene que ver con el mercado. Apoyamos un modelo cuyos fundamentos básicos son, por un lado, la formación de profesionales, intelectuales y científicos de nivel, comprometidos con la sociedad a la que se deben, graduados capaces de pensar y actuar sobre la realidad nacional considerada ampliamente, y por otro lado, la Investigación, actividad generadora de conocimiento por excelencia y, como tal, imprescindible dentro del ámbito universitario.

Enfatizamos: proponer una relación directa y mercantil con ciertas empresas es subvertir completamente la idea misma de Universidad Pública, y como tal, nunca puede ser parte de ninguna solución.

En la facultad tenemos la desgracia de estar viendo este plan en marcha desde hace varios años, acentuado desde el triunfo de una agrupación llamada Nuevo Espacio en las últimas elecciones de Consejo Directivo. Para quienes recuerdan, hace menos de dos años esta agrupación tenía otro nombre, más relacionado a golpes hacia profesores y alumnos, centros de estudiantes usurpados, locales baleados, etc.: Franja Morada. El "Nuevo Espacio" con mayoría en los claustros de graduados y estudiantes, logró poner al actual decano, Barbieri. De esta forma, el modus operando que Franja Morada practicó siempre en el Centro de Estudiantes copó toda la Facultad.

Este modus operandi tiene dos aristas. Por un lado los oscuros manejos cuasi-maffiosos, incluyendo una grosera usurpación del CECE. Por el otro, la cara visible, que es también impugnable, el CECE como un mero proveedor de servicios cuyo único fin es recaudar: con el bar, con las máquinas de gaseosas, con la venta de celulares y viajes en los pasillos, con las fotocopias (ante cualquier deseo de saber dónde va realmente todo este dinero, consultar en las mesas naranjas de la rotonda).

Una vez más, esto se encuentra en las antípodas de lo que creemos que debe ser un Centro de Estudiantes: una herramienta para la defensa de los estudiantes, un ámbito de creación de espacios socioculturales o la movilización de sus representados.

Este grupo naranja-morado con guarida en nuestro Centro de Estudiantes es el núcleo de poder que hoy sostiene al decano de la FCE, y que en menos de un año trasladó brutalmente sus políticas, las oscuras y las visibles, a la conducción institucional de la facultad.

Las medidas tomadas en este tiempo marcan un claro rumbo del nuevo gobierno. Se quita presupuesto y espacio físico a los centros de investigación, se mantienen sueldos irrisorios para los docentes e investigadores y la mayoría de los cursos son sostenidos por ayudantes ad honorem. Mientras tanto, el dinero que ingresa por "el mercado" -pasantías y consultorías- fluye en otras direcciones: multiplicación de los cargos burocráticos innecesarios, creación de secretarías y subsecretarías. En los espacios físicos domina la misma lógica: cada metro cuadrado disponible es utilizado para vender gorras y remeras o para la oficina de una nueva subsecretaria, nunca para paliar el déficit de aulas.

Este proceso llevado a cabo en el Centro de Estudiantes, ahora aplicado en la Facultad, y con intenciones de ser aplicado a la UBA, tiene un elemento fundamental que lo sostiene: la muerte de la política. El saqueo de la Facultad tiene como condición necesaria la pasividad de los estudiantes, casi garantizada por la apatía generalizada: la gran mayoría de los estudiantes considera que éstos no son temas que le incumban, ven a la política como algo espurio, llevada a cabo por una larga lista de corruptos, donde es mejor no meterse. Para quienes escapan de la apatía, se recurre a la herramienta más tradicional: la represión. Anteriormente esta actividad era de propiedad exclusiva del Nuevo Espacio, hoy ese rol se cumple desde la institucionalidad de la FCE, con sustento legal de las resoluciones de la nueva conducción: a través de las amenazas salen de la boca del personal de seguridad de la facultad, quienes arrancan todo cartel que no sea del Nuevo Espacio, o la virtual prohibición -a través de la no autorización- de la realización de charlas y actividades en los espacios antes dedicados a estos objetivos, el SUM y el Salón de Actos. Se ha prohibido todo acto de expresión política. La política es una herramienta de transformación, al silenciarla se intenta mantener el estado actual de las cosas. Que nadie se meta, así se puede seguir vaciando a la Facultad de recursos, de investigación, de nivel académico...

Es imprescindible que se rompa esta lógica y la participación resurja para poner en acción los cambios necesarios para que la Universidad y la Facultad se conviertan en elementos fundamentales para la construcción de un país distinto.

Por todo esto, te llamamos a NO VOTAR EN ESTAS ELECCIONES TRUCHAS Y A MOVILIZARTE PARA QUE EL CECE VUELVA A ESTAR EN LAS MANOS DE SUS VERDADEROS DUEÑOS: LOS ESTUDIANTES

EL GERMEN

[germen_fce@yahoo.com.ar]

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13.9.06

 

Asamblea Jueves 14/9 19hrs

Ante la situación que vive la facultad y las próximas "elecciones" del CECE

Sumate a la convocatoria para lanzar una campaña por elecciones limpias y democráticas del Centro de Estudiantes de económicas.

Asamblea: Jueves 19hs en la rotonda.
Hace ya cinco años que Nuevo Espacio (Franja Morada) usurpa el CECE luego de perder las elecciones en el 2001. Muchos de los actuales estudiantes de económicas no vivieron esa época, pero ven cómo continua la mafia, el fraude, la corrupción y la violencia ejercida Nuevo Espacio (Franja Morada) contra los estudiantes.
Por eso, llamamos a todos los estudiantes de económicas que quieren tener un Centro de Estudiantes, que quieren que se realicen elecciones limpias y democráticas, que se respeten los derechos de todas las agrupaciones para difundir sus ideas; los convocamos a esta asamblea para lanzar una campaña para que los estudiantes de económicas nos informemos sobre situación del CECE y nos pronunciemos a favor de realizar elecciones legítimas.

Tenemos una propuesta. Acercate a la rotonda el próximo jueves a las 19hs.

Convocan:
Germen - La Corriente - SOS - PO - TNT - En Clave Roja - BASE

27.8.06

 

Crisis de nombres, crisis de ideas

Este es un documento elaborado por seis agrupaciones independientes de la UBA. En referencia al conflicto de los últimos meses, creemos que es indispensable repensar qué significa democratizar la UBA. El debate puede ser entendido en otras dimensiones, redefinir "democratización" implica desplazar y ampliar el eje de la discusión.


4.6.06

 

Charla-Debate con la Nueva Dirección del Departamento de Economía

¿Y por casa cómo andamos?


Martes 6 de Junio- Salón de Actos (2º piso) - 19 hs.

¿Cuál es y cuál será la formación del Economista de la Universidad de Buenos Aires?

Charla-Debate con la Nueva Dirección del Departamento de Economía

A LOS DOCENTES, AUXILIARES Y ESTUDIANTES DE ECONOMÍA DE LA UBA

El sentido de la Universidad Pública, los contenidos que en ella se producen, el perfil de los profesionales y científicos que en ella se forman y el modo en que su conocimiento se vuelca al resto de la sociedad, son algunos de los debates que se han mantenido al margen del conflicto que atraviesa la Universidad más grande del país.

Desde el Germen hemos intentado contribuir a la tarea de construir espacios de encuentro que den existencia real a la siempre referenciada "comunidad académica". Entendemos que la conformación efectiva de esta última es un paso imprescindible para avanzar en la resolución de sus problemáticas fundamentales.

Es en esta dirección que se enmarca la presente actividad; y es por ello que invitamos a todos los involucrados en la Carrera de Economía a hacerse presentes.

ORGANIZA
EL GERMEN

germen_fce@yahoo.com.ar

[ se agradece la difusión ]


14.5.06

 

SOBRE LO PRESENTE Y LO AUSENTE EN LA DISCUSIÓN UNIVERSITARIA

La situación de la Universidad es crítica. La confrontación directa entre dos posiciones antagónicas implica la polarización de una discusión: el bien conocido, y siempre mal ponderado, “estas con nosotros o estas con ellos”. Así es como se plantea la situación a nivel periodístico y, hay que reconocer, esto se trasmite a cualquiera de nosotros.

Las posturas de ambas partes son innegociables. El proyecto político que encabeza Alterini implica más reformas en el sentido ya sufrido: vaciamiento y parcelización de los contenidos en desmedro de la generación de conocimiento, consolidando la imagen de una Universidad proveedora de servicios. Candidatura sostenida en pactos prebendarios que visualizan a la Universidad como un botín financiero y político. Por otro lado, la FUBA, conducida por dos partidos de izquierda, cuestiona la integridad moral de Alterini y la legitimidad de las formas de representación vigentes, argumento este último que fue ganando peso con el correr de las semanas.

Sin embargo, debido justamente a esta pelea, que llegó a nuevos fondos el martes pasado en la facultad de Medicina con la internación de un estudiante de nuestra facultad, comenzaron a surgir problematizaciones sobre la Universidad que, creemos, son las que debieran estar, verdaderamente, en el centro de la cuestión. Como sostenemos hace más de dos años, la razón de ser de la Universidad no forma parte del debate político interno y es eso lo que realmente debiera estar en juego en la elección de Rector. No obstante, los actores continúan cayendo en el mero consignismo que rechazamos.

¿No deberían, ambos aparatos, subordinar sus planes a la postergada discusión sobre el rol de la Universidad en la sociedad?

Recién superado este punto, de por si ya conflictivo, puede apuntarse uno qué instituciones han de cumplir mejor ese objetivo. Problematizar esa relación supone rediscutir el carácter y las formas de la autonomía, en tanto su funcionalidad original fue eliminar la intromisión de las instituciones eclesiásticas para superar el dogmatismo y abrir paso a la ciencia moderna. Entonces, en la Argentina de hoy, ¿cuál es la forma que debe tomar la relación de la Universidad con la sociedad?

Creemos que es este el marco en el que debe ser sostenida la discusión sobre la “Democratización YA”. A partir de allí cabría preguntarse ¿es la actual asamblea universitaria el medio para lograr esa relación?, ¿es razonable que la gran mayoría de los docentes (no concursados y generalmente ad honorem) no puedan votar a sus representantes?, ¿es la presencia de graduados la mejor vía para lograr ese vínculo con “el exterior”?, ¿es la mayoría estudiantil en el gobierno universitario y la participación de los no docentes el camino a seguir?, ¿debieran participar organizaciones representativas de la sociedad civil en aquél gobierno?

De ninguna manera queremos dejar de lado la lamentable campaña de desinformación deliberada originada desde Decanato y el CECE, ambas bajo la conducción Franja Morada-Nuevo Espacio, con relación a los acontecimientos de la semana pasada. En todas las ocasiones en que la Facultad cerró sus puertas, y expulsó a sus estudiantes y trabajadores, nunca estuvo en juego la seguridad del edificio. Ninguna agrupación intentó tomarla, como se dijo el martes y miércoles, y tampoco grupos piqueteros se manifestaron en su entrada, como se dijo el viernes.

En síntesis, compartimos la oposición al proyecto que encabeza Alterini y a la forma de construcción política que representa. Asimismo, si bien apoyamos algunas de las objeciones que se alzan contra la actual conformación de la Asamblea Universitaria, entendemos que el eje de la discusión pasa previamente por otro lado. Resignificar la existencia de la Universidad Pública en la Argentina es nuestra tarea. El cambio en las formas de gobierno, el instrumento para su posterior realización.

EL GERMEN

germen_fce@yahoo.com.ar


 

El Germen inaugura su página de internet




5.4.06

 

¿Por qué me llenan de papeles que no me interesan?

En Marzo la FCE estrenó decano. La conducción de Alberto Barbieri, de la mano de Nuevo Espacio (Franja Morada-UCR si te queda alguna duda, preguntar por el ex presidente del Centro de Estudiantes de la facultad y de la FUA por Franja Morada, hoy flamante Secretario de Bienestar Estudiantil), ha dejado claro, a poco más de un mes de asunción, cuál será la impronta de su gestión.

En primer lugar, y como ya fuera difundido por otras agrupaciones opositoras, se avanza en el cercenamiento de la expresión política en la facultad: Una reciente resolución pretende eliminar las carteleras de todas las agrupaciones en la Rotonda (¿ocurrirá lo mismo con las mesas de la Franja?). Con esto, en realidad, no se hace más que institucionalizar una censura que hasta ahora ejerció Nuevo Espacio (Franja Morada-UCR) por su propia mano, a través de barrabravas y “militantes” pagos que hasta ahora han amenazado y golpeado a estudiantes y docentes, además de haber arrancado carteleras y destruido volantes. Para más información sobre la metodologíautilizada por la Franja, podemos recordar el programa “ PuntoDoc” del año 2001, diarios varios durante 2002, consultar a docentes de la carrera o a los viejos militantes de la agrupación TNT.

Bueno, pero mientras pueda seguir haciéndome el sota y cursar...

No sos el único si pensás “¿Y a mí qué me importa, si yo acá vengo a estudiar y no a hacer política?”. Leé lo que sigue, a ver si seguís pensando igual.

Los Centros e Institutos de Investigación de la facu, que entre otras cosas jerarquizan nuestra carrera y hacen que nuestro CV valga más que un rollo de papel higiénico, están en la mira. Los cargos interinos de los investigadores, que siempre se renovaron anualmente, fueron renovados esta vez sólo por un mes más. Todo el personal no docente contratado fue borrado de un plumazo, a última hora del lunes 3 de abril, pocas horas después de una reunión de institutos donde ninguna autoridad anticipó la medida. A su vez, lo que sí se adelantó con toda claridad es que no aumentará el presupuesto para esa área. Evidentemente se mueven y se van a mover muchas fichas a tus espaldas.

Y los cursos? En última instancia, eso es lo que me impacta más directamente”

Como dice un volante de Nuevo Espacio, todos los concursos docentes que no contaron con veedores estudiantiles van a ser declarados nulos y realizados nuevamente. Suena lindo, ¿no? Adiviná de qué agrupación son los veedores “estudiantiles” en los que están pensando. ¿Te imaginás a los pibes que pasan todo el día en la rotonda haciéndole alguna consideración académica a Levin o a Heymann? O será que... ¡Eso mismo! ¡Rosca!

Loquillos exagerados, si fuera cierto alguien haría algo...

Si no te informás ni te calentás por tu propio futuro y el de tus compañeros, quedate tranqui y pasala lindo bailando sobre el Titanic. Nadie va a hacer nada por vos. Menos ahora: en el marco de una campaña donde las únicas ausentes fueron las ideas, el candidato con mayores chances de convertirse en Rector de la Universidad más importante del país (Atilio Alterirni, hasta ahora decano de la Facultad de Derecho y cuestionado por su rol durante la última dictadura militar), es sostenido por una coalición de Estudiantes y Graduados de la (ex) Franja Morada y por docentes enrolados en la UCR. Más aparato, ¿mejor universidad?

¿Y entonces? Ya lo dijo Martin Fierro: los hermanos sean unidos, que si no nos devoran los de afuera. ¿Y qué es lo que nos hermana frente a “los de afuera”? Que somos estudiantes, docentes y ayudantes, y por eso la facultad nos interesa más que como un mero botín. La única forma de resistir la avanzada de Barbieri y Nuevo Espacio - Franja Morada sobre la facu es haciéndolo todos juntos. Desde hace dos años que lo venimos intentando, pero ahora, más que nunca, nos proponemos reunir la comunidad académica de la carrera de Economía. Pero para eso, te tenés que involucrar.

Para ponernos en contacto, escribinos un mail a la dirección que ves abajo.

“No te quedes inmóvil al borde del camino”

Mario Benedetti



16.3.06

 

30 Años


14.3.06

 

A 30 AÑOS DEL GOLPE

¡Ni Olvido Ni Perdón!

Treinta mil desaparecidos fueron necesarios para destruir el poder popular y garantizar una democracia de gobiernos títeres, en la que aún hoy los responsables últimos de la dictadura están tras los hilos del poder.
El terrorismo de Estado logró su objetivo de transformar el país: desocupación, pobreza, desigualdad, desindustrialización, deuda externa... y la lista continúa. El último golpe nos deja una estructura de poder vaciada de legitimidad, concentrada en pocas manos y ajena por completo al pueblo. Una falsa democracia.
Treinta años atrás, una generación que pretendió otro futuro desapareció en manos de actores concretos. Con ella se truncó el proyecto que encarnaba: el de un país soberano, justo e independiente con trabajo, salud y educación para todos. Hicieron falta treinta mil muertos para matar a la política. Treinta mil muertos para sembrar la pobreza y vender el país. Treinta mil muertos para callar a más de treinta millones.
La Universidad no escapó a este proceso. Enajenada en sus contenidos, con sus estudiantes y docentes muertos o expulsados, abandonó un rol activo frente a las necesidades concretas de su país por las exigencias del mercado; y hoy aguarda a que cambiemos la historia.
Treinta años después es momento de poner fin a este modelo de dominación, retomando las banderas de todos los que lucharon por un país mejor para todos los argentinos y hermanos latinoamericanos.

ORGANIZAN:
GERMEN (FCE - UBA) - SÍNTESIS (MEDICINA - UBA)

16.11.05

 

Cierre del Seminario "Crisis 2001"


3.11.05

 

CONVOCATORIA ABIERTA A LOS ESTUDIANTES

CONVOCATORIA ABIERTA A LOS ESTUDIANTES


El Germen cumple dos años de existencia, y quienes lo conformamos queremos discutir de forma abierta y participativa lo que hicimos y nuestros próximos desafíos como agrupación. Para seguir adelante con esta construcción, a nuestro entender, resulta imprescindible una reflexión colectiva que defina la forma que debe tomar la política universitaria desde nuestro lugar de estudiantes de la carrera de economía en una universidad pública. Por eso te invitamos a que nos encontremos.

¿Quiénes Somos?

Somos un grupo de estudiantes que hace unos dos años se empezó a juntar para lograr un cambio en la facultad. Nuestra actividad política se inicia fiscalizando las elecciones de Centro de 2003, donde vimos cómo se hacía fraude en nuestra cara, el vaciamiento del Centro tras 20 años de radicalismo y la indiferencia de muchos estudiantes. Nos juntamos porque sentíamos que los contenidos de la carrera no nos decían nada sobre nuestra realidad cotidiana, y mucho menos nos daban herramientas para ayudar a cambiarla; porque nos dimos cuenta de que no éramos pocos, y tuvimos la certeza de que los tiempos de cambio que se abrían con la caída de la convertibilidad y el menemismo nos vincularían con quienes, como nosotros, quisieran abrir un espacio para repensar la realidad y canalizar esas reflexiones en acciones bien concretas. Y, como sentíamos que el espacio faltaba, lo creamos. Y lo seguimos creando.

¿Qué Hicimos en estos Dos Años?

Las actividades que realizamos apuntaron a la necesidad de repensar la formación que nos brinda la facultad y la relación (nula) con las problemáticas de nuestro país, que lleva implícita la necesidad de preguntarse siempre por qué estudiamos lo que estudiamos, para quién, si siempre ha sido así, qué lugar debemos ocupar como profesionales, intelectuales, docentes, técnicos.

Nuestra primera actividad fue una charla sobre la última dictadura, donde invitamos a tres profesores para que hablar de los efectos del Proceso en la FCE. ¿Por qué esta charla? Porque consideramos que uno debe comprometerse con la realidad de su país sin negar ni desconocer la especificidad del lugar que ocupa en la sociedad. Y porque desconocer nuestro pasado nos incapacita para entender nuestro presente.

Seguimos con el lanzamiento de nuestra revista Plan H, con la que abrimos un espacio absoluta y vergonzosamente faltante en esta facultad: una publicación hecha por y para los estudiantes, en aras de nuclear e impulsar la reflexión política y académica, donde también tuvieran un lugar de diálogo profesores y otros colectivos; como el Movimiento de Ayudantes que publicó una nota en nuestro tercer número.

Asimismo, nos propusimos construir a partir de la grieta abierta en el pensamiento hegemónico por la crisis del 2001 en el país y en la facultad. Junto con docentes, estudiantes independientes y otras agrupaciones creamos la Escuela de Economía Política para pensar la realidad desde otro lugar. Un espacio que, empujado hoy por estudiantes independientes, pretende promover vertientes heterodoxas del pensamiento económico, sosteniendo la necesidad de formarse en un marco donde prevalezca la pluralidad de corrientes teóricas y supere la unilateralidad neoclásica.

Paralelamente, entendimos que la reflexión teórica, si tenía por objeto la comprensión y transformación de la realidad nacional, debía ineludiblemente nutrirse del pensamiento de aquellos que reconocieron la especificidad de la economía argentina, evitando el falso dilema de reemplazar una escuela económica por otra. Fue por esto que apoyamos activamente a la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche, que se propone la tarea de leer a los autores nacionales y colaborar en la elaboración de teoría económica sobre la realidad actual partiendo de la misma realidad.

A principios de este año organizamos una Charla con las Nuevas Autoridades del departamento y la carrera de economía, para que tanto estudiantes como docentes podamos conocer y discutir las propuestas y medidas que desde la facultad se impulsan, y que nos incumben directamente.

Recientemente lanzamos un Seminario sobre la crisis del 2001 porque hace falta contraponer visiones teóricas diferentes frente a un mismo hecho, para poder confrontarlas. Entendiendo al debate como único medio para dinamizar el agonizante estado académico de nuestra carrera. Elegimos la crisis de 2001 por su clara trascendencia en nuestra actualidad político-económica, y para que quedara en claro algo obvio: academia y política son dos caras de la misma moneda, la política se estudia desde la ciencia y la ciencia se hace con un trasfondo político (Próxima reunión: “los actores sociales y políticos en la crisis y después” Miércoles 16/11 19hs). Este espacio pretende reproducirse tomando un problema por cuatrimestre, porque es relevante que los ámbitos de encuentro se sostengan en el tiempo.


¿Qué Queremos?

Podríamos hacer una lista infinita de todas las cosas que queremos cambiar, pero no queremos seguir hablando sin conocer tu respuesta. Podemos resumirlas, sí: la recuperación del Centro de Estudiantes de la facultad; la conformación de juntas por carrera y por departamento que otorguen a los estudiantes, ayudantes y docentes de la Carrera de Economía un efectivo espacio de participación democrática que involucre aspectos concernientes a la organización de la carrera; carreras universitarias que den cuenta de nuestra realidad y brinden herramientas para cambiarla; una universidad que discuta y contribuya a un proyecto de país diferente al de los últimos 30 años.

POR TODO ESTO TE INVITAMOS A UNA REUNIÓN ABIERTA DEL GERMEN:

Miércoles 9 de Noviembre, a las 19 hs; en el aula 29

Vamos a discutir juntos la situación de la facultad y la conformación de las Juntas democráticas por Departamento y Carrera.


10.10.05

 

Agoniza la política en la FCE!

Los integrantes del Germen decidimos intervenir en la vida política de la facultad porque entendemos que la dimensión política en el terreno universitario debe ser plenamente asumida por todos los miembros de la comunidad académica. ¿Por qué? Porque la política está presente en los contenidos curriculares de las carreras, en el perfil de graduado que produce la fce, en las condiciones laborales de profesores y ayudantes, etc, etc. Como estudiantes, hemos orientado gran parte de nuestras energías en asumir ese compromiso en el sentido de estimular la discusión profunda y seria sobre la matriz con la que se forman los economistas de la fce, y la relación con la realidad nacional que esa matriz de formación lleva implícita. En este sentido, hemos encarado distintas actividades –la edición de Plan H, el seminario sobre Crisis del 2001, el lanzamiento y posterior apoyo a la ESEP- con todos aquellos –docentes, partícipes de la Cátedra de Economía Nacional, estudiantes independientes, militantes del BASE- con los cuales compartimos las ganas de contribuír a la conformación de una comunidad académica crítica y dinámica.

Esta semana tiene lugar la elección a consejeros directivos. Los consejeros serán quienes tengan la responsabilidad de discutir política universitaria en el único marco institucional de participación que existe en nuestra facultad para los estudiantes. El único porque el Centro de Estudiantes está ilegalmente presidido por la Franja Morada (Nuevo Espacio Participativo) desde el año 2002 hasta nuestros días, luego de que todas las agrupaciones, menos la mencionada Franja Morada, reconociesen el triunfo de TNT en octubre de 2001. Esta situación se vuelve aún más patética, siendo que la Coalición que se encolumna ahora detrás del Nuevo Espacio resulta estar constituída por aquellas pocas agrupaciones que buscaron legitimar la fraudulenta elección para autoridades del Centro de Estudiantes.

Por la lógica que guió nuestra construcción política hasta el momento, nuestra actividad militante se ha desenvuelto fundamentalmente en el ámbito de la Carrera de Economía. Es por ello que hemos decidido no participar en las elecciones de Consejo que se realiza en estos días.

Aún así, y más allá de recordar la verdadera identidad que se esconde detrás del Nuevo Espacio Participativo, nuestra intervención apunta a señalar el devaluado nivel que demuestra la campaña electoral.

La Universidad, ámbito del pensamiento y la crítica, le está dando acogida a una contienda electoral que poco tiene que ver con lo que un discurso universitario debería ser. El carácter clientelístico y mercantil, y el consignismo vacío superan los niveles ya de por sí degradantes de la política nacional. El intento de reducir la política a una mera gestión eficiente es el paradigma del Pensamiento Único y, por lo tanto, supone su muerte como tal.

En este sentido, consideramos urgente una reflexión profunda por parte de los estudiantes de la facultad sobre el lugar y las formas de la política universitaria. Asumir ese compromiso es el primer paso para retomar la rica tradición que nuestra Universidad Pública tiene en cuanto a la formación política de sus estudiantes, que se remonta a la Reforma Universitaria. Modificar este escenario es entonces imperativo para recuperar la Política como instancia de proyección colectiva y para poder construir una Universidad que responda a las necesidades de su sociedad.


26.9.05

 

Seminario "Crisis 2001". 3da Charla


VIERNES 30/9 19HS.

AULA DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS (1er Piso)

Expositores:

· Martín Rapetti

(Profesor de Macroeconomía I e Investigador del CEDES)


Trabajo de referencia: "La deuda argentina: historia, default y reestructuración"
en la fotocopiadora Tío Toto

ORGANIZA: EL GERMEN


23.9.05

 

Seminario "Crisis 2001". 2da Charla

MIÉRCOLES 28/9 19HS.

AULA DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS (1er Piso)

Expositores

· Javier Rodríguez (Prof. de Econ. Agropecuaria, Integrante del CENDA)

· Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche-Norberto Crovetto (Prof. de Crecimiento. Económico)

Trabajos de referencia: en la fotocopiadora Tío Toto; además el trabajo de la CNAJ podes solicitarlo por mail a germen_fce@yahoo.com.ar

ORGANIZA: EL GERMEN


21.8.05

 

Plan H - Año 2 Nro 3

 

Editorial

Un año atrás hacíamos referencia, desde estas mismas páginas, a la asunción de las nuevas autoridades del Departamento y la Carrera de Economía. Este suceso –cuya difusión, vale decir, omitió casi por completo al estudiantado- fue entendido por nosotros en ese entonces como un paso adelante respecto de la situación de acefalía previa, que impusiera como norma el autismo, la inactividad y la disociación de la conducción respecto de los diferentes sectores que le dan vida concreta a nuestra carrera.

A su vez, reiterábamos una proposición que desde hace ya más de un año y medio sostenemos; esto es, la necesidad de constituir una comunidad académica propiamente dicha como vía para la formación de intelectuales críticos –valga la redundancia- y, por ende, comprometidos con su contexto histórico y social. Llamamos, consecuentemente, a las autoridades a presentar su proyecto y sus ideas frente a los estudiantes: este encuentro tuvo lugar a principios de este año, si bien finalmente por iniciativa de nuestra agrupación y no de dichas autoridades.

Hoy nos proponemos realizar un balance de la gestión iniciada entonces, a partir de los elementos que consideramos centrales para identificar su lógica de intervención. Creemos que este balance se justifica tanto por el tiempo transcurrido desde la asunción como a partir de la necesidad, en tanto estudiantes, de participar activamente en la discusión de la que depende el futuro de nuestra carrera. Por lo demás, los criterios con los que este balance se realiza son conocidos para todo aquel que formó parte en uno u otro modo de nuestras actividades: sus horizontes incluyen la ya mencionada conformación de una comunidad académica, la institucionalización de una carrera plural en sus perspectivas teóricas, y la coherente canalización de ambos procesos hacia la reflexión sobre los problemas fundamentales de la economía nacional, en tanto intelectuales de una determinada sociedad a la cual nos debemos y en la que desenvolvemos nuestra propia actividad profesional.

En cuanto a sus contribuciones a la conformación efectiva de una comunidad que incluya a estudiantes, docentes, auxiliares docentes e investigadores, consideramos que esta gestión ha mostrado ciertos rasgos progresivos. Los mismos pueden hallarse en las reuniones realizadas con el claustro docente; en su presentación al estudiantado rompiendo una tradición arraigada; en la realización de una encuesta académica que aparentemente pretende sistematizarse y de los seminarios internos en los que investigadores reconocidos presentaron sus trabajos en curso.

Sin embargo, la propia mención de estos puntos nos lleva a plantear nuestros reparos: las reuniones realizadas con el claustro docente fueron realizadas sin ánimos de construcción conjunta; la presentación al estudiantado requirió la iniciativa de una agrupación; los seminarios realizados –amén de su escasa o nula difusión- carecieron de un eje articulador que promoviera el debate y sustentara el espacio creado. Por otra parte tanto estudiantes como docentes y auxiliares se hallan aún excluidos de la toma de decisiones, siendo que no se ha conformado ningún ámbito en el que ésta pueda darse a través de un consenso colectivo: ya en otras oportunidades hemos sugerido la necesidad de una Junta Departamental que absorba y dé lugar a las experiencias de todos los integrantes de nuestra comunidad académica.

Celebramos asimismo la incorporación de cursos como los de R. Astarita (Desarrollo Económico); M. Schorr, M. Kulfas y K. Forcinito (Estructura Económica Argentina); B. Kosacoff; R. Bisang; D. Maceira; A. Ramos e I. Apella (Organización Industrial); u Oscar Cetrángolo (Finanzas Públicas). Consideramos que esta incorporación va en el sentido de requerimientos insatisfechos durante años, de los que se hicieran eco iniciativas como la Escuela de Economía Política y la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche: de un lado la posibilidad tanto para el estudiante como para el docente de elegir bajo qué perspectiva analítica procurará abocarse a su objeto de estudio; y, de otro lado, la necesidad de que el contenido de los cursos dé cuenta de la problemática nacional y no de modelos diseñados para explicar fenómenos que nos son ajenos en sus términos. En este sentido, resulta relevante que tanto el nuevo curso de Organización Industrial como el de Estructura Económica sean conducidos por grupos de investigadores que se han dedicado al estudio de la economía local desde hace tiempo desde instituciones como CEPAL y FLACSO, respectivamente.

El grado de institucionalidad que estos y otros cursos detentan, sin embargo, es pobre de toda pobreza: su existencia es producto de una decisión tan unilateral como cualquier otra, revocable hasta tanto no sea convalidada por un concurso legítimo, y en más de un caso condicionada por la existencia de programas que preconizan ciertos enfoques de forma exclusiva. La altísima proporción de cursos no concursados ha sido destacada en repetidas oportunidades por la gremial docente y el movimiento de auxiliares; y a ella hay que sumar la también elevada proporción de cursos en blanco o a cargo del Departamento de Economía. Resulta claro que en este marco, si bien se han sentado las bases para un progresivo avance hacia una carrera consistente con sus propósitos, algo tan banal como un cambio de autoridades podría tronchar inmediatamente cualquier evolución.

Lo antedicho también es válido si hablamos de los criterios establecidos para la designación de nuevos docentes: en tanto y en cuanto ésta sea producto de una decisión unilateral y no surja como fruto del consenso con los representantes docentes y estudiantiles, existirá un vacío institucional que permitirá la imposición de la arbitrariedad por sobre cualquier concurso.

Por último, y en cuanto a la proyección de la FCE hacia la sociedad que la circunda, observamos aún las mismas falencias que mencionáramos en otras oportunidades: el Plan Fénix, único espacio orgánico sostenido al día de hoy, presenta una existencia a todas luces más concreta puertas afuera de nuestra facultad que en su interior. El contraste entre la proyección de este Plan en los medios de comunicación y su presencia en los claustros continúa siendo abrumador, vista y considerada la virtual inexistencia de ámbitos para la participación activa del estudiantado -así como del conjunto del claustro docente- en el desarrollo de su producción teórica. Cabe asimismo destacar la forma concreta que esta producción toma para el estudiante, esto es, la periódica publicación de investigaciones concluidas de cuyo proceso de elaboración no se tuvieron noticias.

En suma, debemos admitir que las autoridades de la Carrera y el Departamento de Economía han impreso una cuota propia de dinamismo al desarrollo de la vida académica, de la que se hallaban hasta ahora ausentes las Direcciones respectivas. A la luz de aspectos que ya hemos mencionado arriba debemos reafirmar que a nuestro entender el fin de la acefalía ha resultado un paso adelante; sin dejar por esto de recalcar las significativas objeciones que emergen frente al proceso en marcha. No puede decirse que existan esfuerzos por parte de las Direcciones en pos de crear un marco institucional que disponga la participación efectiva de estudiantes, docentes y auxiliares en la definición del futuro de la carrera; ni aún de uno que disponga la perdurabilidad de las transformaciones impresas por las propias autoridades actuales.

Asimismo, continúa ausente el ámbito desde el que se impulse la problematización de la realidad económica argentina por parte de los actores ya mencionados de nuestra comunidad académica. De más está decir que este aspecto resulta, por acción u omisión, crucial en la configuración de la identidad del egresado de la Carrera de Economía (Política) de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

 

El Discurso Económico

1. El lugar del discurso económico.

Bien sabido es que la sociedad capitalista no se halla libre de conflictos, y que la forma en la que se articulan las relaciones de producción entre las clases, sectores, naciones, en diferentes momentos y lugares, países y períodos, regiones y etapas, implican avances de unos y retrocesos de otros, pérdidas ruinosas y ganancias extraordinarias, liberaciones o dependencias.
Y podemos afirmar también, que en paralelo con la aparición de esta sociedad plagada de intereses contradictorios -contemporánea a su vez de la emergencia de la modernidad y la ciencia como forma legítima del saber- ha surgido el discurso económico, cuya centralidad analizaremos en dos planos. Por un lado todo discurso económico surge en un marco histórico concreto, más allá del cual no puede elevarse para establecer su lectura del fenómeno del que pretende dar cuenta1. Es decir, las distintas formas que adquiere el discurso económico resultan de la necesidad de intervenir a partir del conocimiento científico sobre realidades diversas que se transforman de un lugar a otro y a lo largo de la historia. Es por esto que la verdad contenida en un discurso solo puede juzgarse de acuerdo a la concordancia que presenta el saber del objeto en análisis con el objeto mismo, y no sobre patrones metodológicos descontextualizados espacial y temporalmente.

En segundo término no puede dejarse sin cuestionamiento el carácter de neutralidad objetiva pretendido por el discurso económico del siglo XX a partir del encorsetamiento de las formas de aproximación a su objeto2 -que por esta práctica finalmente termina seriamente desdibujado-. Desde sus primeras manifestaciones el discurso económico detrás de invocaciones más o menos enérgicas al bienestar general primero y al equilibrio general después, ha intentado anular el lugar de enunciación de ese discurso. Sin embargo difícil resultaría refutar que los escritos mercantilistas sostenían las políticas mas favorables a los mercaderes, los Pricipios de Ricardo encarnaron el argumento de la burguesía industrial frente a nobleza terrateniente, el discurso neoliberal los intereses de las finanzas y corporaciones trasnacionales en detrimento de los capitales nacionales y la fuerza de trabajo. Lo que queremos sostener aquí es que los discursos económicos no solo reflejan una realidad dada históricamente, sino que además la constituyen, tienen un lugar central en su reproducción y legitimación. Y que la reproducción y legitimación de ciertas relaciones de producción establecidas implican necesariamente resultados simétricos para actores antagónicos.

2. La formación del economista en los 90 en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.

Sosteniendo que el discurso económico ocupa un lugar central en la reproducción de determinadas relaciones sociales, nos dedicaremos ahora a analizar el discurso que se viene imponiendo en la carrera de economía de la FCE y sus consecuencias, para lo que, en primer término, será necesario presentar brevemente el contexto en el que tuvo lugar su gestación.

La hegemonía neoliberal

El proceso que se corona durante la década del 90 y que comienza en 1976 con la dictadura militar más sangrienta de la historia argentina tuvo como ejes la desarticulación del entramado industrial que se había ido consolidando durante 40 años, la apertura de la economía a flujos de mercancías y capitales sin controles, la disolución de las formas de intervención del Estado en materia empresarial a través de las privatizaciones, y el disciplinamiento de la clase obrera –que luego de décadas de pleno empleo había logrado una fuerza de negociación muy importante-. Estas transformaciones, que corrieron en paralelo a lo largo y ancho de América Latina, en Argentina se destacaron por su crudeza y profundidad, llevando al país de la cúspide de las naciones en desarrollo latinoamericanas a la crisis más grande de su historia, con el corolario del 60% de la población sumida en la pobreza, más del 20% de desocupados y una deuda externa que superaba su producto bruto anual.

La potencia de la hegemonía lograda por los sectores del capital y la banca trasnacional, las privatizadas, y los grandes grupos económicos locales –todos ellos sujetos de este proceso-, se refleja en que su discurso legitimante fue catalogado como pensamiento único, siendo sus principales voceros los funcionarios del ministerio de economía, los gurúes de la city, y periodistas afines. Dicha retórica, caracterizada por un alto grado de soberbia y desprecio por sus críticos, se constituyó a partir de la vieja idea de que el mercado es el mejor asignador de los recursos y que por tanto hay que eliminar todas las distorsiones (excepto la del tipo de cambio que permitió barrer con lo que quedaba de la industria nacional). Ahora, mientras estos predicadores del mercado realizaban su fina tarea, en la FCE, ¿qué sucedía?

La reforma del plan de estudios de 1997.

Según las Bases del Estatuto de la Universidad de Buenos Aires de 1966 dicha institución se sienta sobre los siguientes principios –que compartimos enérgicamente-:
1.- La Universidad de Buenos Aires es una entidad de derecho público que tiene como fines la promoción, la difusión y la preservación de la cultura. Cumple con este propósito en contacto directo permanente con el pensamiento universal y presta particular atención a los problemas argentinos.
IIL- La Universidad (...) forma investigadores originales, profesionales idóneos y profesores de carrera socialmente eficaces y dispuestos a servir a su país. Encauza a los graduados en la enseñanza y en las tareas de la investigación; y a través de ellos estrecha su relación con la sociedad.
La pregunta que deberíamos hacernos entonces es si, en el marco de un avance drástico en el plano político y económico de las fuerzas identificadas con sectores del capital trasnacional, cuyas consecuencias sobre la gran masa del pueblo están a la vista, la FCE de la UBA tuvo alguna intervención en la preservación de la cultura, en la solución de los problemas argentinos, en la formación de profesionales dispuestos a servir a su país o acaso en el acercamiento de los intelectuales de la facultad a la sociedad. Puede resultar significativo en este sentido el análisis de la reforma del plan de estudios de 1997 y la subsiguiente constitución de la carrera de economía, que sigue intacta por estos días.

La configuración imaginaria del economista de la FCE.

Comenzaremos nuestra lectura de la reforma a partir de un elemento que nos parece fundamental: el ideal de economista que se configura en el marco de la facultad y que funcionará como patrón de referencia para los estudiantes en cuanto a sus proyectos y ambiciones. Es cierto que en este sentido no podemos ignorar que estos tipos ideales se gestan no solo en el ámbito universitario, sino que están sujetos a la acción de los medios, a las necesidades del mercado laboral, a los estereotipos importados; pero lo que es innegable es que todo ámbito académico que se precie de tal debe lidiar con los determinantes del sentido común y ejercer una influencia cultural sobre sus miembros que les permita mantener una actitud crítica respecto de esos patrones.

El por entonces Director del Departamento de Economía sostuvo en una charla pública frente a las quejas de los estudiantes por el contenido curricular, que esos mismos estudiantes estarían agradecidos porque el paso por la facultad les permitiría en el futuro ingresar al MIT u otra universidad del extranjero. Este alegato, que puede parecer irrelevante, da cuenta de que el graduado en el que pensaban las autoridades a al hora de establecer cuales serían los planes de estudio poco tenía que ver con aquel en el que pensaban quienes elaboraron el estatuto de la UBA. Lejos de acercar a los economistas a las necesidades de su pueblo, lejos de formarlos para dar soluciones a los problemas nacionales, se optó por fabricar tecnócratas que tuvieran la cabeza en su futuro internacional, lejos de las miserias argentinas.

La formación teórica.

La licenciatura de economía que heredamos de la reforma del 97 y su antecesoras cuenta con un cuerpo principal conformado por micro y macroeconomía I y II, crecimiento, desarrollo, dinero, organización industrial, finanzas públicas, economía internacional y las materias de formación matemática. En la periferia de la carrera, entre otras, encontramos signaturas como estructura económica argentina, estructura social argentina (ambas de 2 horas semanales) e historia argentina (al principio de la carrera y dictada en las sedes). Podría desprenderse de esta estructura que a lo largo del tronco de la carrera se desarrolla la formación teórica del economista que luego encontrará su realización en el estudio concreto de la problemática nacional. Sin embargo el estudiante se encuentra que a la hora de cursar las estructuras argentinas tiene que descartar la pesada mochila que viene cargando con curvas de indiferencia, ecuaciones diferenciales y mercados de competencia perfecta3. Llegados a este punto cabe preguntarse el por qué de este extraño fenómeno.

El programa de las materias que constituyen el cuerpo principal de la licenciatura en economía, exceptuando honrosas excepciones4, resulta ser un calco de los índices de los manuales anglosajones de raigambre unilateralmente neoclásica -pretendida fuente de verdad de la que abreva el resto de la academia a lo largo y ancho del mundo-. El estudiante de economía comienza su formación con Mochón y Beker, sigue con Varian y Blanchard, luego le tocarán Krugman, Stiglitz y la versión avanzada de Varian, concluyendo su derrotero con una pila gigantesca de papers producidos por la academia primermundista. La teoría neoclásica contenida en estos manuales y papers pretende dar cuenta por medio de sus formulaciones analíticas y sus supuestos simplificadores del funcionamiento de la economía capitalista –mal que les pese-. Como toda teoría, en su búsqueda de la generalidad va dejando atrás cuestiones particulares o contingentes –toda superación de lo inmediato implica una pérdida de ser5-.

Ahora, lo que resulta de una lectura sintomática de la estructura del plan de estudios -en el que como dijimos las materias que se dedican a estudiar la economía Argentina prescinden del herramental impartido en las otras asignaturas- es que la universalización o generalización realizada por los análisis neoclásicos no logran subsumir en su explicación al fenómeno tal como se presenta en Argentina. Para convencerse basta con hacer la prueba de intentar comprender algún problema de nuestra economía a partir de dicha teoría: aumentos de productividad con baja de salarios, desempleo con flexibilidad laboral, escasez de ahorro con fuga del mismo a los países en que abunda, inflación sin emisión y con baja de los salarios, incrementos del "endeudamiento" externo y de las "inversiones" desde el exterior en paralelo al superávit de la cuenta corriente; casos contradictorios en términos de los modelos que deglutimos acríticamente a lo largo de la carrera.

De este modo podemos concluir que aquello que apenas se traslucía de las palabras del Director del Departamento acerca de los planes de estudio se confirma en lo que es en núcleo de la vida académica de la facultad, es decir, la cursada con su bibliografía, sus objetivos mínimos, sus programas. El economista de la FCE es formado a partir de una doctrina que o no puede, o no apunta, a dar cuenta científicamente de la realidad nacional, siendo que a la hora de contrastar su saber del objeto con el objeto mismo –la economía argentina- recurre a un acto de escapismo y deja el escenario vacío de conceptos.

Abrimos nuestra reflexión sobre la intervención de la FCE como formadora de discursos económicos preguntándonos -en un contexto de avance abrumador de fuerzas que dejaron a la gran masa de la población en condiciones de pobreza, desempleo, miseria, y al país en la peor crisis de su historia- si pudo desarrollar en su seno un pensamiento que apuntara a la preservación de la cultura, la solución de los problemas argentinos, la formación de profesionales dispuestos a servir a su país. La respuesta parece concluyente. La FCE a través de los contenidos de la licenciatura en economía no hizo más que aportar –ya sea por omisión o por intención- a la reproducción de un modelo que dejó al país en ruinas. Es así que para aquellos que piensan en una Universidad comprometida con el destino de su pueblo resulta urgente reflexionar e intentar dar respuestas al aparente dilema que plantea la ortodoxia entre el abandono de la teoría como forma de comprender la realidad en pos de un empirismo descriptivo a-científico, o la continuidad de patrones científicos falsamente universales incapaces de dar cuenta de lo que ocurre en nuestro país.

Breve comentario sobre el aporte de las corrientes alternativas y los movimientos de resistencia académica en la FCE.

Ahora, es imprescindible si nuestro objetivo es repensar la situación de la facultad y las alternativas que se presentan de cara al futuro, no solo poner el foco sobre lo ocurrido en el terreno institucional, sino considerar los avances que significaron los proyectos surgidos desde el estudiantado y los profesores heterodoxos, quienes no fueron observadores pasivos del triste espectáculo que brindaba el mainstreem y por lo tanto se constituyen en una referencia obligada.

El problema principal que remarcaron y remarcan espacios como la Escuela de Economía Política es el de la unilateralidad teórica –neoclásica- de la licenciatura. De esta manera la ESEP ha enarbolado como bandera la necesidad de una plan de estudios pluralista. El aporte de la ESEP en este sentido ha sido invaluable, dado que ha instalado en el sentido común del estudiantado el rechazo del dogmatismo ortodoxo, ha puesto la lupa sobre las grandes ausencias teóricas de la licenciatura –Keynes, Sraffa, etc.-, ha estimulado el interés por una formación crítica y plural.

La necesidad de una nueva articulación entre la teoría y lo real. El aporte de la Cátedra de Economía Nacional.

A la luz de los distintos aspectos que hacen a la vida académica de la carrera de economía sobre los que hemos reflexionado es que consideramos fundamental el aporte que introdujo el enfoque de la Cátedra de Economía Nacional Arturo Jauretche, razón por la cual nuestro análisis final se asienta sobre alguno de los lineamientos planteados desde ese espacio.
Hemos llegado hasta aquí con numerosos interrogantes: ¿Qué hacer para superar el dilema con el que nos enfrentamos? ¿Cómo contribuir al desarrollo de un pensamiento científico que apunte preservación de la cultura, la solución de los problemas argentinos, la formación de profesionales dispuestos a servir a su país? ¿Qué lugar debemos darle al fenómeno y cuál a las discusiones teóricas en función de crear un terreno fértil para la conformación de una comunidad académica dinámica y crítica?

Los estudiantes de la carrera de economía, y en particular aquellos que participaron de los espacios de formación alternativa, disponemos de numerosos modelos y teorías de distintas vertientes –en su mayoría pertenecientes al paradigma neoclásico- sobre gran diversidad de problemáticas económicas. Ahora bien, la inexistencia de espacios en los que dichas teorías y modelos se pongan en juego al contrastarse con los fenómenos tal como se presentan en nuestro país convierte todo ese potencial conocimiento en un rejunte de teorizaciones abstractas.
Es por esto que sostenemos la necesidad de que en un marco de pluralidad teórica, las distintas doctrinas económicas contrasten su saber sobre el fenómeno con el fenómeno mismo. Es decir, cada una de las materias que se dictan en la FCE desde nuestra perspectiva, debería contrastar lo que sostienen los papers y manuales que conforman los contenidos del curso con lo que efectivamente ocurre en este país. Ningún economista con pretensiones de cientificidad puede contentarse con las regresiones sobre el caso norteamericano que presentan los manuales para corroborar la validez de las teorías que exponen.

La formación no debería estar orientada a que los estudiantes de la facultad estén informados de las discusiones que sostiene la academia norteamericana o europea, sin cuestionar el estatuto de esos saberes en relación a la situación de nuestro país. De esta manera es que consideramos que la problematización sobre la realidad nacional desde las distintas corrientes teóricas es la única forma de activar la construcción de un pensamiento crítico y científico, entendiendo por esto aquellas elaboraciones teóricas que reconocen las especificidades espaciales e históricas y tratan de dar cuenta de ellas por medio de conceptos. Solo si acordamos que la pauta por medio de la cual juzgar nuestro conocimiento del objeto debe ser la realidad con la que nos enfrentamos –el objeto mismo-, y no las reglas epistemológicas que nos impone la academia anglosajona, puede cobrar sentido y dar frutos la formación que recibimos. Es decir, en la medida en que sigamos evaluando los saberes según pautas metodológicas, la confrontación de teorías no pasará de ser un juego de ingenio de gran sofisticación. Solo el fenómeno puede ponernos de manifiesto los límites y alcances de nuestras formulaciones conceptuales, la necesidad de cuestionar o profundizar una línea de análisis, la relevancia o intrascendencia de una teoría. Y paralelamente, solo la discusión sobre el fenómeno puede hacer comparables teorías que se asientan sobre patrones epistemológicos completamente diversos.

Sostenemos entonces, como resultado de nuestra reflexión, la necesidad de construir un espacio en el que los distintos enfoques que se desarrollan en las materias que conforman el plan de estudios de la licenciatura en economía converjan en la discusión de la problemática nacional, dando lugar así a la constitución de una comunidad académica que discuta, que piense, que elabore teoría y de esta manera que contribuya desde su especificidad a superar la aguda crisis que atraviesa Argentina y la miseria en la que se haya sumida gran parte de su población.

1 "El búho de Minerva solo levanta su vuelo al atardecer." G.F.W. Hegel, Filosofía del Derecho.
2 Modelización matemática, econométrica, etc.
3 En Estructura económica argentina preponderan los textos de vertientes estructuralistas, institucionalistas, historicistas, etc. Es contada la bibliografía que encara la realidad nacional desde la perspectiva teórica que se imparte en la licenciatura de economía.
4 Cursos como el de los profesores Crovetto o Cetrángolo pueden tomarse como algunas de las excepciones, dado que en la bibliografía de los mismos articulan las controversias teóricas internacionales con las discusiones que se dan en el ámbito local sobre los problemas argentinos.
5 G.F.W.Hegel, Ciencia de la Lógica.


 

Las Agrupaciones Universitarias Independentes: Historia, Razón de Ser y Perspectivas

Asistimos durante buena parte de los noventa al auge de las agrupaciones autodenominadas "independientes". Ahora bien, ¿independientes respecto a qué? ¿Acaso los militantes universitarios olvidaron la necesidad de dar la lucha conjuntamente con otros sectores, como miembros orgánicos de un mismo movimiento? Creemos que no. El presente ensayo pretende contextualizar al "movimiento independiente" en el momento histórico en que se desarrolló con más ímpetu, para luego reflexionar en torno a las potencialidades y limitaciones de este nueva forma de encarar la política.

Planteemos el problema en ciertos términos: Durante los sesenta y hasta mediados de los setenta, la militancia universitaria estuvo profundamente radicalizada. Independientemente del contenido político específico de cada grupo, nos interesa la forma en que éstos se articulaban con otros sectores extra-universitarios. Socialistas, comunistas, peronistas, radicales… cada uno de ellos formaba parte de un movimiento más vasto, nacional e incluso internacional, como parte del cual se concebían a sí mismos. Las agrupaciones universitarias no eran otra cosa que el "brazo universitario" de tal o cual partido político. Y estaban orgullosos de ello. Se impone entonces una pregunta: ¿Qué pasó que hoy, 30 años después, que ser "dependiente" es casi una vergüenza?

La Argentina Industrial.

El modo de acumulación vigente durante la Industrialización por Sustitución de Importaciones – ISI - signó el marco estructural de la lucha política argentina durante los sesenta y hasta mediados de los setenta. Esta dinámica de producción y de distribución del excedente1 implicó la inserción social, económica y política de la clase trabajadora, excluida hasta entonces por el modelo agroexportador. Esto no significa, obviamente, que la clase obrera no estuviera presente y organizada durante los años previos, sino que significa –únicamente- que por primera vez la clase obrera formaba parte de la dinámica económica como algo más que un simple factor de producción: era, por única vez en su historia, parte esencial de la demanda agregada. Dicho en otros términos, en el marco de una economía cerrada, impulsada fundamentalmente por el sector industrial interno, el consumo obrero era condición de posibilidad para la realización de la producción. Ésta era su relación con la valorización del capital y en esto radicaba parte esencial de su poder.

No nos interesa aquí discutir si este modo de acumulación fue producto de la lucha de la clase trabajadora –en un contexto de evidente estancamiento del modelo agroexportador- o fue consecuencia de un escenario internacional. Diremos únicamente que, en nuestra opinión, ambas cosas son ciertas. Lo que más ha de interesarnos es que, en este marco, la clase obrera experimentó un crecimiento político extraordinario. Y ello no fue casualidad.

El proceso económico de la ISI, mediante el pleno empleo y la creación de un proyecto efectivo de industrialización e independencia nacional, sentó las bases efectivas que cohesionaron a esta clase y le dieron un norte, una dirección en torno a la cual profundizar el modelo de acuerdo a sus propios intereses. La dinámica de la lucha política corría dentro de los cauces del modo de acumulación vigente, que brindaba horizontes relativamente claros y condiciones materiales de organización. La lucha política, comprensible en el marco de la estructura económica, le daba movimiento a ésta, y viceversa.

Paralelamente, las condiciones macroeconómicas dieron lugar al desarrollo de una importante pequeña burguesía que, aunque débil económicamente, fue la aliada natural de los sectores populares. El resto del cuadro es bastante conocido: burguesía pampeana y grupos económicos –locales y extranjeros- forman los otros dos actores que completan el círculo político. Uno de los grandes méritos de la lucha obrera fue, sin dudas, impedir su alianza2.

¿Qué consecuencia tuvo todo esto sobre la militancia universitaria? En el marco de una lucha obrera por imponer un modelo de país acorde a sus intereses, frente a una clase trabajadora fuertemente organizada y un partido político de masas que la representaba mayoritariamente, frente al intento de ruptura con los lazos imperiales que históricamente nos ataron, frente a una discusión política nacional en torno a los intereses de industriales y terratenientes, el movimiento universitario se vio inmerso en el escenario político nacional, formando parte de las luchas políticas.
También en esta época tuvieron un lugar importante reivindicaciones que se relacionaban con la posibilidad de cambio del sistema. Estamos hablando de los ideales de la revolución cubana y del "socialismo real". Pues no faltaron quienes vieron allí la salida histórica a los problemas argentinos.

La militancia universitaria era una, necesariamente, con las luchas políticas que sucedían en el país y en el mundo, y solo así podemos llegar a entenderla. Si la sociedad argentina pugnaba por definir el camino del progreso, con sus alternativas nacional-populares, nacionales "a secas", socialistas, etc., el movimiento universitario no podía menos que participar. Y cada proyecto contaba con un representante extra-universitario políticamente definido: el PJ, el PC, el PCR, la UCR. Así, en un país donde diversos proyectos estaban legítimamente representados por partidos políticos, los militantes universitarios luchaban por sus ideales adhiriendo y superando en algunos casos al partido (nacional o internacional) que representaba estos ideales. Como ya dijimos, las agrupaciones estudiantiles eran el brazo universitario de tal o cual partido que los superaba, pero que a su vez tenían vida propia.

Hemos intentado, hasta aquí, dar cuenta de las causas por las cuales el movimiento universitario formó una unidad con partidos políticos durante la ISI. Nos toca ahora tratar de comprender las razones de la ruptura.

La Argentina Reaccionaria: Agro y Valorización Financiera.

Sostenemos en este apartado que el cambio en el modo de acumulación tuvo dos grandes efectos sobre la capacidad organizativa de los sectores populares: por un lado, condujo a la heterogeneización de la masa obrera; y por otro, las propias características del sistema económico obligaban a que todo proyecto político unido a los trabajadores quedara por fuera del modelo, de modo tal que la única alternativa viable era la confrontación3. En este contexto estructural, las clases subalternas no tuvieron capacidad de levantar un proyecto propio y, en consecuencia, la militancia universitaria no pudo encontrar, fuera de la Universidad, un proyecto al cual sumarse. Y esa es, creemos, la clave para entender al movimiento independiente.
En tanto que la última dictadura marcó un punto de inflexión en casi todas las esferas, hemos de comenzar por allí. A modo de avance, habremos de sostener que su función social fue doble: por un lado, disciplinamiento social directamente ejecutado a través de la represión; por otro, re-estructuración de la base económica (cambio en el modo de acumulación) y de las relaciones sociales a ella vinculadas.

Dijimos anteriormente que una de las grandes victorias de los sectores populares y la pequeña burguesía fue, durante la ISI, evitar la alianza entre el capital industrial oligopólico y los sectores pampeanos. Ahora bien, el gobierno de Cámpora fue el intento fallido de los sectores subalternos de levantar su propio proyecto sin concesiones, intento que llevó a los otros dos actores a realizar una alianza estratégica para poner fin a los conflictos sociales (es decir, a las trabas para la valorización de su capital). El escenario internacional, caracterizado por la crisis del modelo fordista y la superabundancia de crédito barato, abrieron nuevas oportunidades que terminaron por dar forma a un nuevo modelo de acumulación4.

El alto grado de organización de la clase obrera obligó a tomar la vía represiva para la reestructuración. En tanto mecanismo de disciplinamiento social, la dictadura desarticuló los movimientos populares de dos maneras: la primera, directa, fue a través del asesinato de líderes y cuadros militantes; la segunda, aunque indirecta, tuvo consecuencias igualmente fatales: a través del terror, paralizó a la sociedad entera frente a cualquier proyecto político futuro. Nuestra generación, en particular, vivió desde pequeña esta segunda fase del proceso, a través del miedo de muchos familiares, profesores, etc., ante la situación del joven militante y el temor a una posible represión por parte del estado. Aunque muchos otros factores entran en consideración, es innegable que existió conexión directa entre este fenómeno y la reclusión de la ciudadanía en su esfera privada, en su individualismo. Esto fue importante como puntapié inicial de un aumento sin precedentes de la preocupación por el interés individual por sobre el colectivo, teniendo esto no sólo consecuencias sobre las actitudes en el día a día de las personas sino también en modos de concebir el mundo y en el rol de estado y las instituciones. En esta época se asistió a la caída del estado de bienestar y al ascenso del neoliberalismo. Éste presentó particularidades más que interesantes ya que, entre otras cosas, se mostró como un pensamiento único al que era inútil cuestionar, como si se hubiera llegado al punto cúlmine del conocimiento, por lo que había que dejar de lado otras visiones (como las nacionalistas, socialistas, etc.) ya que expresaban formas de pensar retrógradas que no estaban en consonancia con lo que sucedía en el resto del mundo. Esto llevó a que se adoptaran políticas económicas acordes al pensamiento neoliberal como si fueran las únicas posibles, llevando progresivamente la discusión desde un plano político a otro cada vez más técnico, donde la ideología encontró terreno para avanzar sobre el imaginario popular.

La dictadura lograba, entonces, mediante la represión y la imposición de un nuevo modelo económico, desarticular a los movimientos sociales y crear condiciones objetivas (como la falta de cuadros) y subjetivas (miedo e individualismo) que trabarían toda posterior reorganización.
Analicemos ahora el proceso económico subyacente. No es éste el lugar para desarrollar el modelo económico vigente durante más de 25 años, así que habremos de abocarnos a ciertos elementos estructurales, en tanto condicionan la capacidad de organización de los sectores subalternos.

En primer lugar, la existencia de una mayor tasa de ganancia en el sector financiero condujo a las grandes empresas a redireccionar allí sus inversiones, en detrimento del sector industrial. Asimismo, la desregulación de los mercados y la apertura económica, especialmente en el marco de la Convertibilidad, destruyeron la integración vertical y obligaron a las empresas a buscar reducir costos para ser competitivas internacionalmente, sobretodo a partir de 1979. Ambos procesos confluyeron en el achicamiento del sector industrial y en la expulsión de la mano de obra. La reforma laboral, que ha de entenderse en el marco estructural brevemente descrito, precarizó el empleo existente. Desocupación y precarización laboral llevaron a generar un elemento fundamental para nuestro análisis: la heterogeneización de la clase trabajadora.
Por otro lado, vimos ya que los movimientos políticos de la fase de la ISI no estaban desconectados de la base económica sino que, por el contrario, estaban encauzados dentro de ella y pugnaban por darle una dirección coherente con sus intereses. La ruptura del mercado interno, condición esencial del nuevo modelo, implicó que, bajo el nuevo modo de acumulación, la realización de las ganancias de las grandes empresas no dependieran del poder de compra de los trabajadores y la pequeña burguesía. Más aún, en el marco de una valorización financiera y un sistema productivo orientado al mercado externo (tanto en lo agropecuario como en lo referente a industria y minería), el salario pasó a ser –nuevamente- nada más que un costo. Ahora bien, si la economía crecía a costa de expulsar trabajadores, y la lógica de acumulación impulsaba la caída de los salarios ¿qué posibilidades tenían los sectores subalternos de organizarse y luchar dentro de los límites del modo de acumulación vigente? Esta dificultad obligó a que cualquier proyecto genuino tuviera que luchar por una nueva re-estructuración de la economía. Esto implicaba, necesariamente, contar con una fuerza inusitada. Pero frente a las necesidades de cualquier proyecto serio, se erigían condiciones objetivas absolutamente adversas: el legado desmovilizador de la dictadura, la creciente heterogeneidad de la clase obrera y el desempleo (que, a través de la amenaza que implicaba para los trabajadores, se convirtió en el mecanismo disciplinador más importante de los años ´90). No es casual, por tanto, que la reacción haya empezado, justamente, por los sectores absolutamente excluidos (los piqueteros), única esfera donde era posible reclutar masivamente trabajadores, aunque desocupados.

La contracara de este proceso económico fue la ruptura entre los partidos políticos y su tradición histórica. Se trata de un fenómeno extraordinariamente complejo, y somos conscientes de nuestras limitaciones al respecto. De todos modos, desarrollaremos una breve explicación, más no sea a modo de hipótesis, con la esperanza de que contribuya al debate. El contexto político post-dictadura militar era el siguiente: una clase obrera desarticulada y un poder económico sumamente concentrado, en el marco de un modo de acumulación que potenciaba este cuadro. En estas condiciones, en las cuales no había lugar para un verdadero proyecto popular que no fuera disruptivo (y donde no existían, debido a las razones ya mencionadas, condiciones para la existencia de dicho actor), el poder económico fue capaz con el tiempo de cooptar/imponer a sus representantes políticos. Asimismo, los ejes que articulaban al movimiento obrero hasta entonces no se correspondían con las nuevas condiciones estructurales, de modo tal que la única forma de que los partidos políticos fueran fieles a sus principios implicaba, necesariamente, una profunda revisión de su estrategia y de su proyecto, suponiendo que fueran capaces de ser contemporáneos de sí mismos.

En los '80, con la vuelta a la democracia, el escenario político era tremendamente inestable. En el '83 ganó las elecciones el partido radical, que no logró a lo largo de todo su gobierno formar una alianza con diversos sectores para poder gobernar. Es así como se sucedieron varios levantamientos militares y diversas presiones de sindicatos que reaccionaban ante medidas que iban en contra de sus intereses, junto con presiones de los grupos de capital concentrado y la banca internacional. Estas enormes pujas sectoriales y la imposibilidad de Alfonsín de encarar un proyecto firme, conjunto con un escenario internacional adverso, llevaron a terminar los ochenta con un "empate hegemónico" donde ninguno de los sectores pudo imponerse, con resultados emblemáticos como la hiperinflación.

A comienzos de la década pasada se alzó un nuevo líder dentro del Justicialismo, que ganó las elecciones internas por 6% y luego obtuvo un 50% en las elecciones presidenciales: Carlos Saúl Menem. Éste se mostró como líder popular oriundo de la provincia de La Rioja, con promesas tales como el salariazo y la revolución productiva. Sin embargo al llegar a la presidencia dio un notable giro respecto a su "populista" campaña electoral: confió el Ministerio de Economía a Bunge y Born y se dio lo que se llamó la "economía popular de mercado". Luego de una serie de cambios de ministros y de episodios inflacionarios se anunció el Plan de Convertibilidad de la mano de Domingo Cavallo. Este plan de estabilización consistió resumidamente en la fijación del tipo de cambio, privatizaciones y la apertura irrestricta de mercancías y capitales lo cual terminó, como es bien sabido, en una enormemente mayor concentración económica y distribución regresiva del ingreso así como en un sector claramente hegemónico: el financiero.
De esta manera, se rompió el péndulo político democracia-dictadura: ahora la democracia era servicial a quienes antes necesitaban valerse de las fuerzas armadas. Con Menem el peronismo no fue más una alianza policlasista, como antes, sino que fue vaciado de contenido desde el momento mismo en que comenzó a favorecer unilateralmente a ciertos sectores del capital concentrado, como ejecutor de las más profundas reformas neoliberales, con mecanismos como los indultos y la cooptación de cuadros dirigentes para mantenerse en el poder. Comunistas y socialistas vieron caer el muro de Berlín, y con ello todos sus ideales y, de repente, ser comunista parecía no tener sentido. El radicalismo, incapaz de desarrollar una propuesta alternativa coherente, se limitó a articularse en torno a la denuncia anti-oficialista, pero paulatinamente se tornó –en esencia- igual al PJ, como tristemente lo demostraría el gobierno de la Alianza. En el plano de las diversas facultades, esto se manifestó en la mercantilización de la militancia, que con el tiempo se convirtió en una poderosa mafia empresarial que, enquistada en la política universitaria, se dedicó a realizar aquello contra lo que tanto predicaba: enriquecerse sobre la base del saqueo de lo público.

En este contexto, con la absoluta desintegración del peronismo, del radicalismo, del socialismo y del comunismo, parecía no quedar nada. Sin embargo, como dice el buen saber popular "podrán cortar todas las flores, pero jamás matarán la primavera". En otras palabras, no faltaron quienes quisieron revivir la militancia propiamente dicha, aquella vieja militancia comprometida con la vida de los sectores subalternos y el desarrollo del país. Pero resultaba evidente que no existía, por fuera de la universidad, ningún actor que representara legítimamente dicho proyecto, al menos ninguno con proyección nacional que pudiera hacer las veces de actor articulador de otras fuerzas y que pudiera plantarse como opositor firme al modelo neoliberal. A su vez, los actores que históricamente habían ocupado dicho lugar nacional se habían convertido en su opuesto. Ser independiente, entonces, cobró sentido: se trataba de diferenciarse, de reivindicar el verdadero sentido de la militancia. La militancia universitaria resurgió de la única manera que era posible: sola, aislada, independiente.

Pero a medida que pasaba el tiempo eran cada vez más evidentes las falencias de esta independencia. Entonces se empezaron a juntar, formando "movimientos de agrupaciones independientes", casi una contradicción en sus términos. La profunda crisis del modelo que estalló en el 2001 rompió la hegemonía del pensamiento único, dando lugar al resurgimiento de voces articuladas en torno a la búsqueda de un proyecto nacional nuevo, hecho que comienza a plantear los límites a esta forma de hacer política. Ser independiente fue una excelente forma de resistencia, y un buen germen de algo nuevo (viejo), pero cada vez resulta más claro que hace falta articularse orgánicamente con otros sectores, perder la independencia para participar verdaderamente del escenario político argentino. Quedan sin embargo dos graves problemas que van juntos: por un lado, la inercia de la cultura dificulta resignificar la pertenencia a un movimiento nacional, latinoamericano o mundial, y van a tener que pasar años hasta que ser independiente carezca nuevamente de sentido; por otro lado, los noventa terminaron sin la existencia de un colectivo de izquierda hegemónico con el cual poder sentirse identificado, que invite a pertenecer a la mayoría del estudiantado: se trata, en realidad, de un problema que sufren muchas de las fuerzas militantes actualmente. Y es que, hoy, buena parte de la militancia argentina es independiente pese a su voluntad.

En resumidas cuentas, el cambio de escenario que desde hace unos años viene sucediendo en Argentina sienta las bases para superar el pensamiento único, y junto con él, la desarticulación de los movimientos sociales (incluidas obviamente las agrupaciones estudiantiles independientes). Y es que, mal que nos pese, superar la independencia obliga a hacer una lectura de la realidad actual y jugar nuestras fichas.

1 No desarrollaremos en este artículo la dinámica económica presente en estos años. Al respecto, pueden consultarse las obras de Marcelo Diamand y Oscar Braun, dos referentes obligados sobre el tema.
2 Gran parte del análisis político-económico de esta época esta realizado en base a O'Donnell (1976).
3 Confrontación que no impide, a modo estratégico, ciertas alianzas con otros sectores.
4 Sobre este punto existe un debate más que abundante. Nuestra posición busca remarcar que el proyecto de re-estructuración llevado a cabo por la dictadura no tenía en mente un camino tan claro como algunos autores sostienen. Por el contrario, en el marco de las reformas que sabían necesarias para acabar con la protesta social, el contexto internacional definió numerosos aspectos sin los cuales el cambio en el modo de acumulación no hubiera sido posible. El punto central de esta discusión radica en que si los sectores del capital concentrado estaban en condiciones de diseñar un plan de re-estructuración integral que llevó casi 30 años, su capacidad de proyección deja en el presente poca esperanza a cualquier proyecto popular futuro.